El espacio exterior suele ser una de las zonas más atractivas y cuidadas del hogar. Es frecuente la utilización del jardín durante el día por la luz solar que recibe, pero si se dispone de una buena iluminación eléctrica, también puede ser un sitio mágico y espiritual por la noche. La luz es uno de los aliados decorativos con más poder porque ayuda a crear una atmósfera única al momento de caer la tarde sin dejar de lado su función práctica de dar seguridad y señalización.
La magia de la iluminación
Para determinar la cantidad de luces que debemos disponer para una buena iluminación es necesario tener en cuenta la extensión del jardín, la posición de la luz solar durante el día y los elementos que se quieren resaltar. En los grandes jardines resulta importante colocar diferentes puntos de luz puntual para destacar elementos como plantas, adornos, senderos o paredes. Esto creará profundidades y volúmenes que combinado con la luz natural crearán el clima ideal de acuerdo con la personalidad de cada uno.
¿Es posible iluminar y decorar al mismo tiempo?
Iluminar es una forma de decorar, de dar vida a un espacio y transformarlo en único. Los sitios decorados e iluminados suelen transmitir sensaciones y sentimientos a las personas. Además, una buena iluminación ayudará a que permanezcas fuera por más tiempo en una atmósfera agradable. A la hora de elegir el tipo de iluminación acorde con el espacio que se tiene, es necesario saber de qué manera combinarlo con el mobiliario con el que se dispone (mesas, sillas, piscina, etc).
Según los muebles, las luces que se utilicen pueden ser puntuales para que permitan ver con mayor claridad o difusa, que crea una atmósfera más distendida y acogedora. En cualquier caso, la iluminación debe ser sutil e indirecta.